sábado, 28 de enero de 2017

Workaholic sin querer


Recuerdo que tenia un trabajo, el que quería dejar; éste por ser de medio tiempo, no era tan buena paga, por tal motivo quería buscar uno de tiempo completo y por supuesto donde ganara mas dinero.
Al poco tiempo conseguí uno que me pareció bueno, la empresa era un poco joven, estaba en crecimiento, y cumplía con los objetivos que me había trazado. El trabajo comenzó bien, como en la mayoría de lugares, al inicio el proceso de aprendizaje y adaptación lleva su tiempo. Luego ingrese a un proyecto que era grande, la magnitud de tal proyecto lo tachaba como "uno de los grandes", y que se decía que si salia todo bien en ese proyecto, la empresa a la cual se le trabajaba iba a confiar mucho en nuestra empresa, y por lo tanto iban a venir varios proyectos.
En el transcurro del desarrollo del proyecto miraba a otros compañeros de la oficina que tenían otros proyectos y se quedaban trabajando tarde, me molestaban en broma el hecho que tan temprano que salia de la oficina, tiempo después los entendería. Poco tiempo después el proyecto empezó a demandar mas tiempo y empecé a quedarme tarde, aunque esas quedadas tardes las atribuyo al que estaba liderando al equipo, había mucho tiempo perdido no asignado y mal distribución de trabajo de su parte, ahora que lo pienso, creo que el 70% de las veces que nos quedamos tarde, fue por mala asignación de trabajo, no hubiera pasado eso. Tiempo después me sacaron del proyecto, vieron que yo tenia potencial a realizar otras tareas que otros no tenían y practica mente estaba en un lugar equivocado, que tendría que tener otro tipo de tareas por decirlo mas complejas y en lo que tenia experiencia; por tal motivo me empezaron a asignar otros proyectos, ahí empezó mi calvario.
Cada proyecto que llevaba me demandaba mas tiempo de una jornada "normal" y por la responsabilidad que tenia de entregar las cosas a tiempo, me quedaba muchas horas mas fuera del "horario laboral". En un principio lo vi bien, pero el tiempo comenzó a pasar y eran muy frecuentes las noches que tenia que pasar en la oficina. En ese tiempo era "nuevo" y quería que mi trabajo fuera apreciado y hacer las cosas bien. Pero luego eso se fue convirtiendo en costumbre y a veces llevaba mas de un proyecto a la vez. Desgraciadamente me fui acostumbrando a salir tarde, y lo miraba normal; y con el tiempo sin querer me convertí en un workaholic como lo dice el titulo.

De vez en cuando descansaba, periodos muy cortos en los que no sentía mucha presión; en ese entonces yo trabajaba solo, la empresa tenia pocos recursos, pero fue creciendo, debido a la demanda de trabajo que tenia, por tal motivo se formaron equipos de trabajo con nuevos recursos que fueron contratando con el transcurso de los meses.
En el equipo que fui asignado, todos teníamos altos conocimientos en varias áreas, por ello lo catalogaron como el equipo fuerte, el equipo punta de flecha de la empresa. Me encanto la idea, de que nuestro equipo iba a logran grandes cosas y grandes proyectos, y los miembros se podría decir que íbamos a "hablar el mismo idioma".
Empezamos bien, pero creo que nos catalogaron de muy alto desempeño, mas de lo que realmente eramos, porque así fueron los proyectos que nos asignaron. Anteriormente cada miembro venia trabajando solo y cada uno tenia sus proyectos que aun no se habían cerrado cuando se formo el grupo, y aun así se nos asignaron otros proyectos, grave error.

Comenzamos a desarrollar proyectos en conjunto, pero creo que la mala decisión del gerente de proyectos fue subestimar nuestros conocimientos con la forma de trabajar en grupo, ya que se nos asignaba mas de un proyecto a la vez. Y las quedadas tarde en la oficina no se hicieron esperar, con tal de cumplir fechas de entrega, las jornadas de trabajo se alargaban demasiado, muchas veces saliendo de madrugada y otras veces trabajando fines de semana.
Las presiones eran varias y se podía ver que al gerente de proyectos eran muchas las presiones que recibía también.
Los proyectos se entregaban, algunos tarde, y otros no se escapaban de errores, eso era de esperarse, todo a la carrera, rápido y con desvelos, no se podía entregar nada perfecto. Se volvió rutina que después de la entrega de un proyecto, venían las incidencias sobre el mismo; y aun teniendo incidencias sobre tal proyecto ya trabajábamos en otro, tal era así que se juntaban incidencias de mas de dos proyectos a la vez, y era casi imposible seguir desarrollando otro proyecto.
Recuerdo que fueron muchos meses así, trabajando de lunes a domingo, saliendo tarde... muy tarde; todos los días parecían iguales. Lo peor era que solo nuestro equipo tenia esa carga, habían varios equipos que estaban excentos de esos problemas, debido a la poca carga de trabajo.
Y aparte de las desveladas, el arduo trabajo, el estres, tensión, etc. no se hacían faltar las llamadas de atención por las entregas tardes de los proyectos, de el porque de los proyectos cada vez que se entregaban a los días venían incidencias, y si se resolvía la incidencia, luego a los pocos días venia otra incidencia con diferente escenario al anterior, etc.

Esos meses fueron muchos, a veces pasaba la tormenta y se sentía una calma, una calma corta, pocas veces larga, pero me daba cuenta que el tiempo de la calma era proporcional a lo multiplicado que se avecinaba otra tormenta. Se vivieron momentos muy críticos, sobre todo a fin de año en que se acumulaban los proyectos y había que terminarlos.
El jefe de nuestro grupo siempre tuvo las agallas para seguir adelante, y siempre dar ese apoyo que siempre se necesita, otro hubiera sido, a los pocos meses hubiera renunciado; pero no, siempre fue un gran apoyo, y siempre buscaba la forma de resolver las cosas y como tratar de mejorar nuestra situación. Así estuvimos mas de un año, aunque no puedo decir que las cosas se calmaron después, porque era muy común que tuvieramos siempre proyectos asignados y también era común quedarnos tarde por una u otra razón.
Aunque no lo decíamos, creo que por nuestras mentes cruzaba la idea de mandar todo al diablo, aunque en un par de ocasiones les escuche decir eso a los del grupo. ¿Y porque no lo hacíamos? ¿por la responsabilidad que tenia cada uno, el compromiso hacia la empresa, la confianza y lealtad a la misma?. Creo que de eso se aprovecho la empresa, y los mal-acostumbrarnos a sacar el trabajo, cueste lo que cueste, no importando trabajar 16-18 horas diarias o mas, con tal de sacar el trabajo.

Recuerdo un sábado que estábamos en la oficina, cuando se escuchaban ruidos de bombas de juegos artificiales, y no recordabamos que era el evento de "luces campero" que se hace en diciembre de cada año, solo observamos en la ventana que se miraban colores en los reflejos de las ventanas de los edificios.
En una ocasión la empresa organizo un campeonato de boliche, entre todos los compañeros de la oficina, fueron como dos semanas, fue en la noche, creo que de siete a nueve de la noche, a veces terminabamos tarde, y yo siempre regresaba a la oficina a seguir con el trabajo, en esa ocasión estaba trabajando solo, no se habían conformado los equipos.

Para un cumpleaños mio, como siempre estaba cargado de trabajo, no hubo descansó, ni celebración por mi parte, ni salida temprano, creo que salí como a media noche de la oficina.
Lo asfixiante que es estar así, el no poder decir o saber a que hora vas a salir, me paso muchas veces que tenia eventos, a "tal hora" de la noche, y yo no podía confirmar o asegurar que a esa hora podría salir del trabajo. Debido a ello deje la universidad, algunos cursos que llevaba se me hizo imposible seguir. Los grupos de amigos a los cuales, algunas veces asistía a ciertas reuniones, dejaron de invitarme, porque yo solo trabajando me la pasaba.

Después de dos años siguiendo ese ritmo, ya no se trabaja igual como al principio, se trabaja en lo cansado, los tiempos eran muy importantes, y sobretodo en una empresa de desarrollo de software y que trabaja en outsourcing, el tiempo vale dinero. Mis tiempos de desarrollo empezaron a aumentar, las estimaciones que hacia, eran mas de lo normal, e incluso ni siquiera las podía cumplir, siempre me atrasaba y aun quedándome tarde para "avanzar" en lo que no se hacia en la jornada diurna. A veces cuando llegaba a la casa a dormir, no lo hacía, no podía, daba muchas vueltas en la cama tratando de dormir y al final no lo podía conseguir. Mis nervios también se vieron afectados, mi presión cardiaca a veces era muy alta, yo lo sentía, pero por estúpidamente ponía antes que todo el trabajo; pero todo tiene su limite, llegue a un punto que ya no podía aguantar mas.
 Y para agrabar mas la situación, un miembro del equipo renunció, y eso significaba que la carga de trabajo que él tenía, se tenía que repartir entre los otros miembros del equipo.

Uno de los escapes que tenía, era la lectura; recuerdo que por esa época leí el libro "El monje que vendió su ferrari", y me identifiqué un poco con el personaje. El personaje principal es un abogado exitoso, pero el éxito lo consigue con mucho trabajo, pero demasiado trabajo le ha afectado un poco a la salud, tanto así que en un momento de mucha tensión, le ocurrió un infarto.
A veces me miraba en esa situación, pero llegar a tanto de ocurrirme un infarto, ya era demasiado. Además ya eran muchos los problemas con los proyectos atrasados, y mi salud física y mental ya no podían mas, estaba demasiado cansado, además arto de todo, hasta que un día renuncié a ese trabajo; cosa que tuve a haber hecho mucho tiempo atrás.

Muchas personas lo que hacen antes de renunciar es buscar otro trabajo y cuando lo encuentran, entonces renuncian y rápidamente inician el otro trabajo. Yo no estaba en posición de aguantar mas tiempo, en lo que "encontraba otro trabajo", por tal motivo, sin tener ningún respaldo de tener otra oferta laboral ni "otra entrada de dinero", tomé esa desición, de irme de una vez!, ya no podía mas, la vida en varios sentidos, se me estaba acabando con ese trabajo; después solo contaba los días para irme de ahí y tener un tiempo para mi solo. Esa era otra cosa que quería hacer, tomarme un mes de descanso sin hacer nada! para tratar de recuperar un poco la salud, y librarme del cansancio acumulado.


Llegó el último día, estaba feliz, aunque habían algunos sentimientos encontrados, fueron algunos años trabando ahí, varias experiencias con los compañeros de trabajo, en fin. Para mi sorpresa, al finalizar la tarde, me hicieron una celebración de "despedida", cosa que nunca pensé, ya que en ese momento, yo era la oveja negra de la empresa, ya que se desencadenaron varios problemas con el cliente, debido al atraso de los proyectos, hasta creo que ya involucraban problemas económicos y legales. Pero al pensarlo creo que era injusto no valorar todo lo que dejé en la empresa, todo los logros que alcance en mis mejores momentos, todo lo bueno que di. Otra cosa que me gustó, fueron las palabras del gerente general y del gerente de proyectos, fueron en un tono motivantes; realzaron todos los logros que tuve en la empresa, a pesar que como lo mencione, mi situación laboral no era la mejor.
Pensé que solo me iba a despedir de los compañeros y salir de la empresa, mas bien sentía que iba a salir "por la puerta de atrás" como se suele decir. Pero luego de esa pequeña celebración en honor a mi partida, levantaron un poco mis ánimos que estaban por los suelos; y mas las palabras de "los jefes", me hicieron sentir que por los últimos acontecimientos malos, no dañaba todo lo bueno que realice en la empresa.

Al final aprendí muchas cosas, no solo en el ambiente laboral, sino en lo personal.
  • Hay que aprender a decir no, a pensar bien en las respuestas que uno responde. 
  • El trabajo jamas se irá a terminar, no importa la hora que uno se quede, siempre habrá, por eso hay jornadas laborales. 
  • Hay que aprender a desconectarse del trabajo y a relajarse. 
  • Es muy importante no interferir en el tiempo personal con asuntos laborales.
  • Existe un nivel de responsabilidad con el trabajo, y este, está acompañado de un limite.
  • La familia es una gran prioridad.

Retomando el termino Workaholic, hay muchas personas que es su diario vivir, y se acostumbran a ello, les digo una cosa: yo ya lo experimente, y no es nada agradable, no hay que irse a extremos; la vida hay que vivirla y aprovecharla, en trabajar demasiado no se debe de desperdiciar, sino en disfrutarla para uno mismo y sus familiares y amigos.